Francisco Cal Pardo, presidente de la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid y de la consultoría de estrategia y liderazgo Leadair, nos explica qué tipo de perfiles son necesarios para formar un equipo eficaz, capaz de tomar desiciones de éxito y conseguir los objetivos fijados previamente. A lo largo de su trayectoria profesional, Francisco Cal, ha sido presidente de AENA y Tecniberia, Director General de Norconsult, Director General de Navegación Aérea del Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicación, así como presidente de importantes asociaciones empresariales, como AESPLAN o AEGAMA.
La misión fundamental de un directivo es tomar decisiones, y una buena decisión exige una serie de requisitos que sólo un equipo de personas puede reunir. Una buena decisión es aquella que cumple el objetivo que se ha propuesto alcanzar, es decir, es eficaz. Los comportamientos humanos inherentes al logro de la eficacia, la eficiencia y el emprendimiento son bastantes distintos entre sí y no es posible encontrarlos en una misma persona, a un nivel elevado, por lo que es preciso recurrir a la formación de equipos compuestos por varias personas, que entre todas, reúnan las capacidades y habilidades que garanticen los mayores niveles de eficiencia y emprendimiento necesarios para la toma de decisión de calidad.
Para componer un equipo que reúna las características mencionadas, es preciso añadir integración, una capacidad que no siempre se encuentra en la persona volcada en la eficacia, a la que, en terminología del Dr. Adizes de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), llamaremos, Ejecutor o Productor; ni en la orientada a la eficiencia, el Administrador; ni en el obsesionado por la innovación y el cambio constante, el Emprendedor. Es más, los perfiles de estas personas, claramente distintos, y con distintos puntos de vista sobre una situación concreta generarán, inevitablemente, conflictos que sólo serán superables mediante respeto mutuo y confianza entre ellos. Y ahí es donde entra en juego el papel del cuarto perfil, el Integrador que debe descubrir los perfiles de los integrantes del equipo, sus objetivos y sus agendas ocultas, cuando las haya, y conducirlos al logro del objetivo, a la decisión correcta. Parece conveniente profundizar un poco más en los hábitos y capacidades de los perfiles básicos enunciados con objeto de comprender la necesidad de su integración para aportar su mejor contribución a la buena toma de decisiones.
- El Ejecutor. Se centra en el logro de objetivos, en el resultado; suele ser una persona que conoce muy bien la tecnología que maneja y tiene una cierta aversión al riesgo, no cambia fácilmente sus hábitos de trabajo, su metodología, su tecnología, ya que le ha costado mucho aprenderlas. Tampoco delega fácilmente, en general, por desconfianza; le motiva fundamentalmente el logro de sus objetivos, a lo que dedica todo su entusiasmo y su esfuerzo. Suele tener visiones globales, si bien muy centradas en el corto plazo. Llega muy pronto a la decisión si bien, con frecuencia, con escasez de análisis.
- El Administrador. Es una persona detallista, más centrada en el proceso que en el resultado; conoce a fondo los sistemas y procedimientos y le aterra que alguien, por ejemplo el Ejecutor, se los salte sin preocupación. Tal vez no importe tanto que la empresa quiebre, si lo hace cumpliendo todas las normas. Tiene una aversión total al riesgo y a lo que no significa el cumplimiento de la norma; sólo se desenvuelve bien en ámbitos perfectamente definidos, es incapaz de trabajar en ambientes con incertidumbre. En consecuencia, sus visiones son básicamente a corto plazo. Le motiva el trabajo bien hecho y que le feliciten por ello. El trabajo en equipo, en principio, no le entusiasma, aunque lo acepta pacientemente, pero le cuesta llegar a la decisión porque casi nunca dispone de la información que considera necesaria.
- El Emprendedor. Es una persona inquieta, tratando de cambiar continuamente productos, servicios y procesos. Suele tener un buen conocimiento de las nuevas tecnologías relacionadas con su trabajo y trata de implementarlas e instalar nuevos equipos incluso antes de la obsolescencia tecnológica de los actuales. Tiene visiones globales y a largo plazo y se desenvuelve bastante bien en ambientes con cierto grado de incertidumbre. Le gusta trabajar con un grupo de personas, especialmente si escuchan con atención sus nuevas aportaciones; en general actúa como maestro. Le motiva ver el avance de su trabajo aunque no haya logrado el resultado que le motiva aún más, pero le importa muchísimo el reconocimiento, si es posible, público.
- El Integrador. Es una persona afable capaz de sacar lo mejor de todos los miembros; suele conocer bien las técnicas de motivación y desarrollo de personas y es, en general, hábil para descubrir los perfiles de las personas, sus habilidades y comportamientos probables. Suele tener visión global y se desenvuelve bastante bien en ambientes no siempre bien definidos. Le motiva la satisfacción de las personas y muy especialmente el reconocimiento por su trabajo.
La descripción de los perfiles básicos que se acaba de hacer puede parecer exagerada e, incluso, caricaturesca, pero no se aleja mucho de la realidad. El verdadero líder, el que tiene la responsabilidad final de la toma de la decisión, es el que tiene los componentes de un equipo y sabe integrarlos en un liderazgo eficaz que tenga en cuenta que lo fundamental es el logro de los objetivos perseguidos, con el mínimo empleo de recursos, adaptándose a las nuevas exigencias del entorno, sin hipotecar el futuro.